miércoles, 21 de julio de 2010

LA PASION DE LA HISTORIA.

LA PASION DE LA HISTORIA
CARLOS MONSIVAIS
Monsiváis dice: “Estoy de acuerdo con casi todas las respuestas que se han dado a una pregunta *¿Historia para qué?* que, capciosamente, inicia al consumismo ideológico o a la justificación del quehacer propio”, la historia sirve para ponerle al presente la inteligibilidad del pasado también para fortalecer y ampliar la conciencia colectiva, lo que en México se califica como sentido histórico, es una actitud escasa y débil, los historiadores lo único que hacen es atesorar datos que no sirven para nada, se ocupan de aniversarios, en vez de ocuparse por datos importantes se ponen a estudiar rituales por no grabar fechas importantes, y estudiar a algunos ancestros precursores, héroes, mártires tendencias y movimientos, nos gustan más las cosas ficticias como al telenovelas, cuentos fabulas, para no ver la realidad del presente de algunos pueblos, y ver su historia, Monsiváis explica: “Si la historia no es ya el registro del ascenso interminable de una minoría, la historia no tiene mucho sentido”. La historia esta siendo tomada como lo que vendrá, lo que se escribe en un informador o periódico, historia se está haciendo lo que se da cada día, lo que se escribe cada día, lo nuevo, lo que viene, se ha creado una pregunta en las mentes, ¿tiene algo que contarnos la historia? solo entretener con lo mismo. Casi se vuelve amoroso nuestras ideas, tenemos nación y la queremos solo porque la historia nos registra toda la vida de ella, y es nuestra porque está escrito, en el siglo XIX fue como un avance en la nación, pero eso ya es historia, los presidentes Villa y Zapata, creían en la historia como un futuro a lo que ellos querían, lo hoy hacen historia es lo superficial que encuentran, porque no se ponen a mirar, a ver qué es lo más importante para registrar en sus hojas, las gastan en puras, palabras que no balen la pena, ni ayudan en nada.
Monsiváis agrega: “En la historia oficial, a si se les elogie las masas rodean las agonías trágicas, son paisaje fervoroso, la dócil y fervorosa materia que el héroe guía o que el héroe contempla con vil indiferencia”. Tenemos patria porque los héroes de la historia nos la dieron para ya no tener necesidad de héroes, y lo hicieron para que nosotros agradecidamente los recordáramos, ellos tuvieron triunfos derrotas y lo hicieron por amor a la patria, y por los que vendrían después, así que debemos tener en nuestra memoria, dar gracias que por ellos tenemos paz. Hay historia que no nos gusta recordar como el porfirismo, el periodo de mando de Huerta, y hay historia que se recuerda con gusto, como a los que lucharon por la libertad.
Monsiváis aclara: No digo ni insinuó que el estado de la revolución mexicana actúa contra la historia, al revés el estado aprovecha el recuerdo histórico y lo incluye en su consenso. La mayor parte de lo que hoy llamamos “sentimiento histórico” o “conciencia histórica” en México deriva con claridad de la experiencia de la Revolución Mexicana, en estos tiempos el sentido histórico en México está ligado a las reivindicaciones, de los obreras y campesinas que demandan nacionalismo y ser tomadas en cuenta, Monsiváis reescribe: Lezema lima, “un país frustrado en lo esencial político, puede hallar virtudes y expresiones por otros cotos de mayor realeza”.

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